lunes, 25 de julio de 2011

Historia del Club Social y Deportivo Guaviyú (Parte 1)


INTRODUCCIÓN




Los humanos en toda su historia han tratado de encontrar una condición que les permita dilucidar un sentido por el cual la vida no se resuma tan solo en monotonía. No solo en las grandes sociedades las distracciones a la vida diaria se hicieron presentes sino también en innumerables pueblos y civilizaciones donde el ser humano hubo de habitarlo. Es posible que el escapar del aburrimiento haya hecho despertar esas mentes inteligentes y creativas que buscaron en el deporte la clave para canalizar sus emociones.

Es por eso que desde tiempos remotos encontramos en distintas sociedades diversos juegos, aficiones que con el correr de los años fueron adquiriendo profesionalidad. Dentro de estos está el fútbol, el gran espectáculo masivo al que concurre la sociedad en su mayoría, aunque en los tiempos que corren es evidente la poca población que adorna las canchas.

Sin embargo la historia nos permite ese dialogo con el pasado, con sus protagonistas y sus anécdotas, con sus triunfos y sus derrotas. La vida no es más que vivir entre esos dos extremos. Razón por la cual lo que construiremos en este bosquejo histórico no será más que un simple racconto de lo que sucedió ayer, pero un ayer con grandes connotaciones debido a que hoy un club cumple sus 50 años de vida y esto es motivo de festejo. Que mejor regalo que estampar sobre el papel algunos de esos grandes momentos que han quedado archivados en la memoria colectiva de los grandes seres que habitan este pueblo y que con su espíritu de lucha llevan adelante sus proyectos institucionales esquivando intereses individuales apostando a los del entramado social.

En Quebracho las instituciones tienen su lugar gradualmente merecido y así como otras en nuestro medio la historia del Club Social y Deportivo Guaviyú ocupa un lugar muy  especial dentro de esta zona de desarrollo.

Por tal razón hemos dedicado un  periodo de tiempo para investigar su historia  Sabiendo que aun nos creemos sin el demasiado prestigio y la experiencia como para esbozar un trabajo debidamente acorde a las expectativas del lector. Hemos emprendimos este desafió con mucha ansiedad para suplir las falencias.

Puede sorprender que se dejen de lado algunos acontecimientos debido a la escasez de fuentes escritas y a lo fugaz de la investigación. Pero sin embargo hemos recompensado dicho trabajo basándonos en relatos orales de algunos de los protagonistas de los cuales estamos profundamente agradecidos ya que nos aportan sus ricas y jugosas  experiencias con un alto contenido emocional.

Nos hacemos responsables de los errores que la escritura puede suscitar y por supuesto quedamos abiertamente comprometidos en la búsqueda de nuevos aportes que enriquezcan  trabajos posteriores con el fin de registrar la historia tan gloriosa del fútbol de Quebracho...

Felicidades Club Social y Deportivo Guaviyú en su Cincuentenario     

           Villa Quebracho, Abril del 2003

        OLDEMAR CHACÓN

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La llegada de los hombre y …
                                                       
El comienzo…

La historia se remonta a comienzos de la década del 50`. En esa época la palabra “Guaviyú” era bien reconocida por la gente debido a que se la identificaba con una basta zona al noroeste de Quebracho en la que se asentaban en su gran mayoría familias de colonos encargados de hacer producir la tierra, además  de criar  ganado vacuno y bovino.


Sin embargo las raíces del nombre pueden encontrarse desde hace varios siglos atrás, seguramente proviene del guaraní y significa “fruta madura”. Guaviyú fue como se bautizó al arroyo, siendo además el primero en portar dicho nombre. No obstante, existe un árbol que es usado en la medicina cuyo fruto es muy dulce, negro y comestible llamado “Guabiyú” y la diferencia estriba en el cambio tan solo de una letra. Por lo tanto ambos factores podrían estar relativamente vinculados. Ahora bien, con la proliferación en el Uruguay de los Saladeros, encontramos que en la zona se ubicó el denominado “Saladero de San Pedro de Guaviyú” de Don Pedro Piñeyrúa que continuó utilizando dicho nombre.

Durante el siglo XIX las tierras que comprendía las zona de Guaviyú fueron muy codiciadas es por eso que no fueron pocos los propietarios que hicieron de ella un gran latifundio. Estos campos pasaron por manos de  grandes compañías inglesas desde 1853 en adelante, bajo la propiedad primero de las empresas “The River Plate Farmer and Meet Company Limited”, girando posteriormente a “The Estancia Guaviyú Company Limited”. Pero en 1942 el establecimiento fue vendido a la Sección de Fomento Rural del Banco Hipotecario del Uruguay para establecer colonias en lo que se constituyó quizás en una de los más pronunciada reforma agraria que se enmarca dentro de la política de nacionalización de empresas extranjeras a manos del Estado. La última por cierto, llevaría el nombre de Guaviyú, que años más tarde, concretamente en 1955 pasaría a denominarse Colonia Dr. Horacio Ros de Oger en honor a quien había luchado por la compra de dichos campos a los extranjeros. Sin embargo el nombre de Guaviyú logró permanecer en el tiempo.  Allí es donde hincará sus bases el club del que haremos mención: Club Social y Deportivo Guaviyú.


                                             Dibujo extractado de una fotografía del Saladero de Guaviyú o de Piñeyrúa


El Contexto y los Hombres...

El mojón que constituye el “Maracaná” marca no solo futbolísticamente un hecho con enorme trascendencia, sino también de grandes cambios a nivel socioeconómico. Marca el pasaje de ser un país enriquecido, o como comúnmente se le llamó “la Suiza de América” como consecuencia de enormes ventas a los países que estaban en conflicto en la Segunda Guerra Mundial,  a un país que tendió a mirar hacia adentro y a centralizar en Montevideo el mayor número de población. Se profundiza la incidencia del Estado en las actividades del país con un incremento del empleo público.

Mientras tanto en los  pueblos alejados de Montevideo, particularmente  Quebracho es el pueblo escogido por muchos de los emigrantes internos que buscarán en el su futuro y su felicidad. En 1942 llegaría entre muchos otros Luis Romano quien se desempeñaría como peón en la estancia de Guaviyú y cuyo hermano José se encargaría de cuestiones administrativas. El Ingeniero Bernabé Caravia ejercía el cargo de administrador y ocupó el antiguo cargo que tenía Edgard Bowack cuando la colonia pertenecía a compañías inglesas, y desde Colonia las Delicias  organizaba todo el panorama de las demás colonias.

La inolvidable seca del 43 determinó que mucha gente fuera de pastoreo con sus animales, llevando consigo alguna carpa, hacia la colonia. Luego muchos de estos fueron favorecidos con fracciones de las que fueron arrendatarios por hectáreas o potreros entre los cuales se encontraba Gamarra, Cabrera, Elduayen, Carrea. Por ese entonces la colonia tenía siete puestos de estancias.

Rápidamente se llevó a cabo la colonización de 33.000 hectáreas de un solo golpe y esto es un elemento de enorme trascendencia debido a que se produjo un prolongado levante de la localidad más cercana: Quebracho. La demanda de trabajo producida por parte de los colonos y por consiguiente la correspondencia  de  mano de obra, pasaría a jugar un papel no menos importante para lo que sería el auge de la economía regional y el levantamiento del Pueblo. Entre los que llegaron estaban la familia Vignolo, los Garrone y los Bico entre otros. Los colonos habían llegado en un nivel económico relativamente homogéneo.

Las diversiones
El proliferante trabajo de la gente que impulsaba esa nueva sociedad determinó que en el año 1947 Quebracho fuese considerado como Pueblo. Ese furor de la institucionalidad es la causante de que por ejemplo se funden: El Club Social Quebracho en 1948 y la Sociedad Amigos de Quebracho en 1949.

Como producto seguramente del auge económico empujado por el impulso de los productos graneros, principalmente el trigo, los pobladores de Quebracho ocupaban su tiempo en el ocio es decir realizando tareas alternativas al trabajo. Razón  por la cual los bares o boliches tuvieron su adecuada importancia y se constituían en el lugar de reuniones donde se jugaba a diferentes juegos con cartas que los “timberos” realizaban en variados estilos, además de poseer la única radio del pueblo y de contar con luz y cargador de baterías. Así también el billar constituía un elemento que difícilmente se separó de alguno de los comercios generales. En el Restaurante del “Gordo Herrera” como se lo conocía a Jerónimo Borthagaray su billar era el vicio del esposo de la directora de la escuela que todas las mañanas acudía para trenzarse y acompañarlo entre tiro y tiro con el muy bebido “espinillar”. La “taba” como elemento prohibido seguía constituyendo el centro de atención de los adictos que pernoctaban. Sin embargo también existían otros juegos que no necesariamente necesitaban de las apuestas como lo fue el tenis practicado por los Di Lorenzo, el Dr. Martiní y los Anchorena cuya cancha estaba ubicada al costado de donde hoy se encuentra el escenario de la escuela y data desde antes del 45. 

Otro de los fenómenos para la distracción fue el “baile” que desde siempre congregaba a la multitud en torno a una “vitrola” como ocurría comúnmente y posteriormente con los discos. La pista de baile al aire libre estaba ubicada entre lo que hoy sería lo  Carlos Bardier y el galpón de CO.LE.QUE. Los bailes estaban distribuidos por categorías que la conformaban el tango y la milonga, principalmente el primero que siempre era el escogido para realizar algún concurso y premiar al que hiciese mejor las “pantomimas” que este requiere. El peso que tenía el baile es importantísimo, no es de asombrase que años después con la organización de la “Estancia” se hayan traído grupos de reconocida trayectoria no solo a nivel nacional como lo fue el “Cuarteto Imperial” o Donato Razziati. Con el disciplinamiento que impusieran más tarde los directores técnicos, el baile iba a ser el más duro rival con el que contarían. 

Sin embargo la diversión asegurada  no solo para los niños sino también para los mayores era el tren y la estación, los niños subían y recorrían todo los rincones, pero las familias se reunían en forma de masas. No es casual que se sintiera al marcharse el tren la frase “se va la diversión”. Seguramente era la gran diversión que tenían los miércoles y sábados a las 8. La gran atracción era simplemente observar quien iba en el tren.

El fútbol…

Como en todas partes del mundo fue introducido como otros tantos deportes por los ingleses, de esto no nos quepa la menor duda, en todo caso la duda ingresa al momento de preguntaron ¿por donde ingresó? ¿Cual fue el primer partido? Y aquí tenemos diversas explicaciones de las cuales podemos sacar ciertas hipótesis. Para algunos fue traído por los ingleses de la Estancia y esto concuerda con lo expresado por Carlos Anchorena quien dice haber jugado un partido en Guaviyú en una cancha que estaba mas al norte de donde se ubica la estancia. Allí convirtió uno de sus pocos goles de su larga vida y el recuerdo se debe a que Edgard Bowack entregaría un peso a quien convierta el gol. Afortunadamente cobran un penal y se lo dan a Anchorena que ni lerdo ni perezoso convierte el tanto que le daría la victoria contra un equipo de las Delicias y el peso a su bolsillo. Hay un dato no menor en todo esto y es que el equipo se llamaba Guaviyú y estaba conformado por gente que trabajaba en el Saladero.

Los primeros datos que se tiene del fútbol en Quebracho datan del año 1923 y es en la sede del Club Social Quebracho donde yace guardada quizás la primer Copa de esos años donada por Gregorio Pestaña y traída desde Austria. Según Juan Clara el primer partido de fútbol fue jugado entre Quebracho y la Estancia Santa Rita donde este último ofició como local. El partido dicen, culminó con triunfo de Quebracho y a los 74 minutos el autor del gol Narciso Villareal (abuelo de Julio Acosta más conocido como “Pilola”) se cuelga del travesaño provocando la quebradura del mismo y por consiguiente la finalización del cotejo.

El fútbol fue trascendiendo dentro de la amplia zona y con el aumento demográfico se hizo necesario otros equipos, según las historias orales de las que nos hemos basado por el año 49 surgió Obreros Unidos que contaba con Alcides Romero quien ejercía bajo los tres palos el puesto de arquero y como goleadores jugaron Luis, Valerio y Pablo  Vignolo. Este equipo no duro más de tres años.

Por ese entonces era muy común ver partidos en Quebracho frente equipos de Chapicuy, Guichon inclusive de Queguay con quien  se disputaban encuentros con una destacada fricción y se había constituido en un clásico al igual que con Arroyo Malo. Juan Clara tenía un verso para cuando venía Mataojo.

Lo trajeron al Pinocho
Y al fierrero Juan Antonio
Un potrillo muy bichoco
Y un negro que es un demonio

Pinocho era Vignolo, Juan Antonio era el “Tono” Vignolo, el “Potrillo” era Daglio y el “Negro” era Lima Ojeda. Se puede observar la alegría con que se vivía el fútbol y que a pesar de ser un deporte, estaba emparentado con el compañerismo, la solidaridad y muy cercano a una ley que podríamos llamarle machista o viril de cómo se reacciona dentro de un juego de fricción y de choque como el vivido por aquellos hombres.



(EXTRAIDO  DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN ELABORADO POR OLDEMAR CHACÓN EN ABRIL DE 2003 "50 AÑOS DE GLORIA DEL CLUB SOCIAL Y DEPORTIVO GUAVIYÚ")

1 comentario:

  1. En nombre del Sportivo Rivera, deseamos hacer llegar las felicitaciones por el excelente trabajo sobre la historia del Club, y la iniciativa de compartir con todos nosotros el mismo. Seguro que con el compromiso de fortalecer cada Institución de la cual somos partes, se fortalecerá todo el fútbol sanducero.
    Éxitos!!!. El Presidente del Sportivo Rivera F.C.
    Luis Abilleira

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